El Esfuerzo - Lectura para reflexión

El esfuerzo siempre tiene su recompensa, el es cosa de valientes, de aquellos que no tienen miedo al fracaso, sino que lo ven como una oportunidad para levantarse y aprender de la experiencia para continuar adelante hasta lograr lo soñado.

Este nos permite entender que siempre se puede dar un paso más, que no somos de los que se quedan en el camino, de los que vence el cansancio, que al final del arco iris siempre hay un tesoro que encontrar y que allí nos esta esperando. No nos deja ver puertas cerradas, nos permite ver puertas por abrir. Que por cada puerta que se cierra otras tantas se abrirán para 

encontrar lo que buscamos. 

El esfuerzo nos enseña a ver los problemas como: asuntos por resolver. Asuntos que al ser solucionados, nos permitirán avanzar al logro de nuestro objetivo. Nos hace sordos a las voces del fracaso y ciegos a las nubes negras que auguran una tempestad. Solo nos permite escuchar que si lo lograremos, que solo falta un poco mas, y nos permite visualizar no el monte por escalar sino, la satisfacción y alegría de estar en la cima. Permite conquistar donde otros fracasaron, nos autoriza a sentir en carne propia el significado de las palabras de Jesucristo: “al que cree todo le es posible”; nos aprueba para ser ganadores. 

El esfuerzo nos dice que siempre podremos lograr nuestros sueños, pero para lograrlos, tenemos que aprender a tener nuestros ojos bien abiertos; siempre será aquella acción indetenible, que alcanzara resultados y coronara nuestra vida con el excito, aquella acción que no cree en el desanimo sino, en el volver a empezar. 

El esfuerzo no es simplemente una opción, es una decisión que deben tomar todos aquellos que desean otorgarse el triunfo, que por muy pequeño que sea para otros, siempre será su triunfo.